La guía de desarrollo profesional continuo (DPC) del Real Colegio de Cirujanos exige una combinación de aprendizaje clínico, profesional y académico cada año[1]. Las limitaciones de tiempo y recursos en los sistemas sanitarios hacen que a veces resulte difícil compaginar la superación personal continua a través de la formación con la prestación de los cuidados cotidianos[2]. Es difícil encontrar tiempo para aprender nuevas técnicas operativas. De hecho, algunos expertos afirman que las oportunidades educativas “se diluyen cada vez más… para permitir la priorización de la prestación de servicios”[2]. La clave para superar los retos de la formación en cirugía ortopédica es maximizar la flexibilidad de la formación, conectar el aprendizaje con la práctica y perseguir una educación de alta calidad.

1. Formación impartida en línea

El 36% de los formadores afirman que no se sienten capaces de desempeñar su papel de educadores en el tiempo asignado[4]. Entonces, ¿qué ocurre cuando hay poco espacio para seguir el “ver uno, hacer uno, enseñar uno”? Aprender nuevas habilidades técnicas tanto para mejorar la atención quirúrgica como para cumplir los requisitos de la formación médica continua (FMC) implica mirar más allá de la oferta didáctica tradicional basada en textos. La entrega digital de módulos educativos ayuda a maximizar el limitado tiempo de formación de los cirujanos, disminuyendo la necesidad de desplazarse fuera de las instalaciones y aumentando la flexibilidad y comodidad del tiempo de aprendizaje.

2. Visuales que marcan la diferencia

Además, la formación impartida en línea puede proporcionar lo más parecido a estar en el quirófano en lo que respecta a los elementos visuales, que son la clave para que la formación técnica quirúrgica sea clínicamente eficaz[1]. Una formación que guíe hacia dónde mirar y cuándo, y que conecte lo que se está mirando con lo que hay que hacer parece agilizar el aprendizaje.1 Centrarse en las señales visuales, al parecer, ayuda a los cirujanos a mantener la atención cuando están en acción[1].

3. Garantía de calidad

Hay poco tiempo, si es que hay alguno, para dedicar a la EMC/DPC que no conlleve la garantía de calidad que supone la acreditación. Para maximizar el tiempo de formación y el desarrollo de nuevas habilidades técnicas, los cirujanos ortopédicos deben buscar actividades relevantes que desarrollen sus conocimientos y habilidades. Aunque no los organismos profesionales de todos los países exigen la acreditación de las actividades de DPC de los cirujanos, este sello de aprobación “puede orientar a los cirujanos hacia actividades de calidad relacionadas con su práctica”[4].

Nota: Post publicado originalmente en LinkedIn.

Referencias

1. Wilson MR, et al. Surg Endosc. 2011;25:3731-9.

2. Bell PR, Hampton S. Ulster Med J. 2014;83(2):118-9

3. Rimmer A. Consultado en agosto de 2018 en: https://www.bmj.com/content/354/bmj.i3963

4. Real Colegio de Cirujanos. Consultado en agosto de 2018 en: https://www.rcseng.ac.uk/-/media/files/rcs/education…/cpd-summary-guide-2014.pdf