noviembre 15, 2021
Editorial 15 de noviembre de 2021
“La innovación surge de un gran ingenio humano y de pasiones muy personales”
Megan Smith
Ingeniera y tecnóloga estadounidense
Es un hecho innegable que la ortopedia, más que muchas especialidades quirúrgicas, es muy dependiente de los implantes.
A lo largo de muchas décadas, los implantes han mejorado significativamente nuestras capacidades como cirujanos y, lo que es más importante, los resultados para los pacientes.
Se ha minimizado la inmovilización, se ha acelerado la recuperación y se han añadido años de función adicional y de existencia sin dolor, que sin los implantes habrían sido imposibles.
Es fácil dar por sentado que gran parte de la tecnología quirúrgica en la que confiamos hoy en día ha requerido una evolución. Se han aprendido lecciones, a veces dolorosas, y se han asumido costes.
No importa lo bien regulado que esté el sistema, o lo bien diseñado y fabricado que esté el implante, los principales costes no son financieros, son los costes para los pacientes que forman parte de este proceso.
Los imprevistos son cosas que sólo revela el uso a largo plazo, y por ahora parece un aspecto inevitable del progreso.
Nuestro deber como cirujanos es ejecutar cada parte de cada operación al más alto nivel, para minimizar el riesgo identificable, y muy especialmente los pasos relacionados con los implantes son una parte clave de ello.
Las empresas proporcionan información detallada sobre sus implantes en la que se debe confiar, así como muchas y excelentes opciones de formación y tutoría que se deben tomar.
Como cirujanos en ejercicio, el consejo editorial de OrthOracle ha considerado que un elemento que podríamos añadir útilmente a la información disponible es una demostración paso a paso de cómo un profesional experimentado utiliza un implante, junto con sus propias reflexiones y perspectiva.
Los implantes que demostramos en la plataforma están ahí por méritos propios y porque un Editor confía en ellos en su propia práctica quirúrgica.