Las lesiones abiertas en la mano pueden deberse a diversos mecanismos, como objetos punzantes, por lo general cristales o cuchillos, o a herramientas eléctricas. Al evaluar a estos pacientes, es importante ser sistemático para identificar todas las estructuras lesionadas. Al planificar la exposición debe tenerse en cuenta la posibilidad de que determinados tendones, como el EPL, puedan retraerse significativamente hacia el interior del antebrazo, por lo que puede ser necesario ampliar la exposición proximalmente. Las lesiones de cristal son frecuentes en la mano y suelen ser profundas y con riesgo de lesión estructural, aunque las laceraciones parezcan pequeñas.
La paciente de este caso sufrió laceraciones en el dorso de la mano con un cristal roto que dividió el tendón del extensor largo del pulgar y el nervio radial superficial. Las reparaciones del nervio sensorial superficial en la extremidad superior pueden complicarse por el desarrollo de neuromas y cicatrices perineurales. Esto es especialmente un problema en el dorso de la mano, donde hay menos tejido subcutáneo, y los nervios sensibilizados pueden causar dolor neuropático incluso con una ligera presión. He adoptado la técnica de enfundar los nervios durante su reparación primaria para reducir el riesgo de esta dolorosa cicatrización. En un estudio comparativo de la neurorrafia con y sin enfundado de las venas, Leuzzi y sus coautores descubrieron que el 70% de los pacientes de neurorrafia simple referían dolor en el lugar de reparación del nervio, mientras que descendía al 25% cuando se utilizaba el enfundado de las venas.
Para la mayoría de los nervios cutáneos, se puede sacrificar una vena adyacente para envainar la reparación nerviosa. Por ejemplo, para el nervio radial superficial y los nervios cutáneos laterales del antebrazo puede utilizarse la vena cefálica o sus ramas. Para el nervio cutáneo medial del antebrazo o la rama dorsal del nervio cubital puede utilizarse la vena basílica. Es un hecho anatómico que los nervios sensitivos superficiales acompañen a las venas, lo que se presta a esta técnica. El sacrificio de una vena cutánea no tiene efectos secundarios, ya que existen varias venas superficiales y profundas que compensan la función perdida.
También existen envolturas nerviosas comerciales como alternativa, pero son caras y no tienen ninguna ventaja real sobre las venas autólogas para proteger la reparación de pequeños nervios. Suelo utilizar las envolturas nerviosas comerciales para nervios más grandes, como el mediano o el cubital, cuando se liberan del tejido cicatricial como procedimiento secundario. Esto se debe a que las venas cutáneas de la extremidad superior no son lo bastante grandes para envolver nervios más grandes sin causar constricción.
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